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Arte Gótico.

Estilo artístico que se desarrolla en la Europa occidental desde el siglo XIII hasta la implantación del Renacimiento. El termino gótico fue utilizado por primera vez en el siglo XVI por el gran historiador del arte italiano Giorgio Vasari: con él quería definir el "oscuro" arte de la Edad Media frente al glorioso pasado de la Antigüedad Clásica. Según esta definición, el arte gótico era sinónimo de bárbaro, cargado de connotaciones negativas. Esta actitud hacia el arte medieval se mantiene hasta las primeras décadas del siglo XIX, cuando el movimiento romántico descubre, con asombrosa admiración, la arrolladora fuerza y originalidad del Gótico, sobre todo de manos del joven Goethe. Se sueña a partir de este momento con un renacimiento del arte medieval, llenándose de contenido nuevamente al termino gótico, que empieza a distinguirse y separarse claramente del románico. El entusiasmo romántico y el historicismo llevan a cabo amplias restauraciones de edificios medievales, llegándose a establecer el estilo neogótico, arquitectura realizada a imitación de la gótica medieval.

Actualmente, como gótico entendemos un amplio período artístico que, según los países y las regiones, se desarrolla en momentos cronológicos diversos pero que, de forma general, podemos establecer desde mediados del siglo XII hasta comienzos del XVI, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas de país en país.

Este arte se ha definido durante mucho tiempo de manera bastante superficial, exclusivamente por la utilización de uno de sus elementos (el arco apuntado): suele llamarse ojival. Pero la utilización de un elemento no puede definir un estilo de forma global, ya que se trata de un problema más amplio que afecta a una nueva etapa histórica, una nueva concepción del arte y, con ello, también una nueva forma de entender el mundo, un nuevo cosmosistema. Un elemento estructural, por importante que sea, no puede resumir el concepto global sobre la vida que queda plasmado en las obras artísticas.

Los nuevos edificios religiosos se caracterizan por la definición de un espacio que quiere acercar a los fieles, de una manera vivencial y casi palpable, los valores religiosos y simbólicos de la época. La catedral se va a llenar de luz, este es el elemento que conforma realmente el nuevo espacio gótico. Será una luz física, no figurada en pinturas y mosaicos, luz general y difusa, no concentrada en puntos y dirigida como si de focos se tratase, a la vez que es una luz transfigurada y coloreada mediante el juego de las vidrieras, que trasforma el espacio en irreal y simbólico. La luz está entendida como la sublimación de la divinidad. La simbología domina a los artistas de la época: la Escuela de Chartres considera la luz el elemento más noble de los fenómenos naturales, el elemento menos material, la aproximación más cercana a la forma pura. El arquitecto gótico organiza una estructura que le permite, mediante una sabia utilización de la técnica, emplear la luz, una luz transfigurada que desmaterializa los elementos del edificio consiguiendo sensaciones de elevación e ingravidez.

Catedrales góticas

La catedral será el edificio simbólico de la Baja Edad Media, asumiendo funciones sociales muy determinadas. Su construcción va a representar el empeño de toda la colectividad: es el símbolo de la confianza de la ciudad en su capacidad, sus recursos, su riqueza y su prestigio. Es el elemento de referencia espiritual y física. Materializa no sólo la realidad espiritual de un mundo sino que también sirve de espacio ciudadano utilizado para la concentración, el encuentro e incluso el mercado, así como para la liberación de las tensiones de la sociedad mediante la fiesta.

Arquitectónicamente, la catedral se convierte por excelencia en el espacio del templo gótico, donde se produce la materialización genial del presentimiento humano del mundo sobrenatural.

En el interior, los grandes espacios definidos (tanto en altura como en anchura) de las naves centrales y laterales, así como la cubrición abovedada de estos espacios, se consigue técnicamente enviando los grandes empujes de estas bóvedas hacia el exterior mediante arbotantes y contrafuertes, dejando, sorprendentemente, libres de elementos de sostén los muros de las naves, que pueden ser horadados con grandes ventanales. Elementos como los arcos apuntados, las bóvedas de crucería, los arbotantes reforzados con pináculos o los contrafuertes, conocidos y utilizados ya en la arquitectura, ahora son empleados conjuntamente para definir un espacio de elevación e ingravidez, simbólico y transfigurado mediante la luz coloreada.

Los empujes producidos por el peso de la bóveda se envían al exterior mediante la concentración de haces de columnillas en los pilares, que dejan libre el paramento e incluso permiten su adelgazamiento, siendo sustituido por grandes ventanales y tracerías con vidrieras para acrecentar el sentido ascensional de la arquitectura.

Las vidrieras tamizan y fragmentan la luz, que penetra en el espacio a través de colores diferentes creando una atmósfera irreal y fingida. También acentúan la tensión entre la materialidad de los elementos constructivos y el artificio de su utilización, para lograr la sensación de ingravidez y desmaterialización. A la vez, sirven igualmente como soporte de una iconografía que, sin relación con los soportes y, por tanto, con la materia, permiten el juego simbólico de relacionar la luz con la divinidad.

La nueva concepción del espacio no elimina el diseño de cada una de las partes que conforman la catedral. Las plantas suelen ser de cruz latina y basilicales.

Planta de la Catedral de Chartres. Francia.

En el exterior, la catedral va a destacar sobre el resto de los edificios de la ciudad por su monumentalidad y grandeza, caracterizando los núcleos urbanos medievales. Los volúmenes van a quedar escondidos en juegos infinitos de arbotantes, pináculos, haces de columnas y arcos apuntados. Las fachadas principales se van a disponer, siguiendo la tradición de la arquitectura normanda, mediante grandes portadas flanqueadas por torres esquinales.

Fachada de la catedral de Notre Dame. París.

La portada se organiza siguiendo la composición tradicional de la portada románica: se utilizan arquivoltas apuntadas, dinteles, parteluces y tímpanos que, en muchas ocasiones, son sustituidos por rosetones, introduciendo elementos como gabletes, pináculos y todo un complejo programa escultórico que por su disposición, exuberancia y combinación, parece responder a un crecimiento orgánico casi vegetal.

(Véase Vidriera).
(Véase La ciudad medieval en Ciudad).

Arquitectura gótica en Francia

A diferencia del arte románico, que tiene su nacimiento en diferentes centros geográficos, el arte gótico tiene como único centro de nacimiento e irradiación el norte de Francia. Desde el punto de vista histórico, este hecho viene marcado por la alianza que se produce entre la monarquía francesa y la iglesia. La región de Ile de France (territorio dominado por la dinastía de los Capetos) fue adquiriendo una sólida estructura monárquica, favoreciendo la formación de una clase dirigente unitaria animada por el ideal caballeresco y cortés; esta sociedad se encontró una iglesia debilitada que sólo se ve renacer en la reforma cisterciense propiciada por San Bernardo de Claraval y por la clase dirigente de la abadía de Saint Denis. Otro factor importante para la difusión del arte gótico (y que lo une al románico) es el desarrollo de las lenguas vernáculas romances: en esta época se establecen las lenguas literarias nacionales que viene determinadas por su prestigio político o poético.

El primer intento de arquitectura gótica se produce, precisamente, en la abadía de Saint Denis, propiciada por el abad Suger, seguidor de San Bernardo de Claraval y consejero de Luis VI. En la construcción de la planta y en la zona inferior de la cabecera existe una clara intencionalidad política, buscándose en el nuevo estilo un lenguaje más dúctil, sutil y elegante, que sea una expresión original y contundente del poder real frente al clero cluniacense y la nobleza feudal.

Catedral de Notre Dame vista desde el Sena. París.

Siguiendo el ejemplo de Saint Denis, en la segunda mitad del siglo XII se erigen varios edificios de un gótico primitivo. En la catedral de Laon (1156-1160) y en la de Notre Dame de París (1163) se ensaya una mayor elevación de la nave central, así como que la luz se convierta en el elemento dominante: los intentos de mayor iluminación son constantes. En un principio, en ambas se utilizan las bóvedas sexpartitas, sistema que es abandonado pronto por la introducción de un nuevo elemento, el arbotante (utilizado por primera vez en 1180 en Notre Dame de París) que permite dirigir los empujes desde las bóvedas hasta los contrafuertes exteriores, consiguiéndose la apertura de grandes vanos.

Ábsides y arbotantes de la catedral de Notre Dame. París

En esos mismos años se inicia la construcción de la catedral de Chartres, que introduce la novedad de la eliminación de las tribunas sobre las naves laterales y la utilización de bóvedas de crucería simple.

A partir del siglo XIII y tras estos primeros intentos, el estilo gótico se afianza definitivamente: las catedrales de Reims (1211) y Amiens (1220) son los mejores ejemplos del gótico internacional o clásico. En ambas se utiliza la planta cruciforme y los elementos son combinados en un sistema consciente que busca la ingravidez, la iluminación irreal y la regularidad. Las variedades regionales del gótico francés serán múltiples, ramificadas y derivadas de la adaptación del estilo a las tradiciones regionales.

Pero el estilo perfectamente asentado se dirigirá a una artificiosidad contínua, empeñada en ganar altura, expandir los vanos y acentuar el apuntamiento de los arcos. Esta tendencia conforma lo que se ha llamado el gótico radiante, cuyo ejemplo más característico es la Sainte Chapelle de París, representativa del estilo más efectista y ornamental.

En el siglo XIV se terminarán las grandes catedrales comenzadas con anterioridad y se construirán edificios de menor entidad, destacando la catedral de Albi o la iglesia de los Jacobinos de Toulouse, ambas realizadas en ladrillo.

Arquitectura gótica en Inglaterra

El nuevo estilo se difundió rápidamente por Inglaterra, adquiriendo características originales. Uno de los primeros edificios es la catedral de Durham (1093-1133) donde los nuevos elementos se ensayan en una concepción del espacio todavía románica.

Hasta el siglo XIII no se desarrolla plenamente el estilo: en esta primera época seguirá las formas francesas, traduciendo, en sentido ornamental, la lógica estructural francesa y remitiéndose al románico normando para desplegar en horizontal superficies vastas y muy decoradas. De este primer momento son la catedral de Salisbury, el crucero de la de York, la nave y la sala capitular de Lincoln y el coro de Worcester. Posteriormente, la tendencia decorativa del gótico inglés se fue acentuando: es el llamado estilo decorado, que se desarrolla desde 1230 y que se constituye como un gótico internacional de inspiración íntegramente inglesa, liberado de la influencia francesa e, históricamente, marcado por el conflicto de la guerra de los Cien Años. Sus mejores ejemplos son las bóvedas estrelladas de Gloucester, Canterbury, Bristol y Winchester. A partir de 1350 el uso de las bóvedas de abanico, que permiten el desarrollo de estructuras ligeras sin arbotantes, dará lugar al llamado estilo perpendicular, caracterizado por complicadísimos entrelazados de nervaduras en las bóvedas y una profusa ornamentación. Sus obras más representativas son el claustro de la Abadía de Gloucester el King's College de Cambridge, la capilla de San Jorge de Windsor y la de Eton's College.

Abadía de Westminster.

Arquitectura gótica en Alemania

En los países germánicos la evolución de la arquitectura fue compleja: se desarrolla a partir del siglo XIII copiando en sus catedrales, casi de forma literal, los modelos de Chartres, Reims y Amiens, como ocurre en Colonia (1240), Bamberg (1248), Estrasburgo o Friburgo. Sin embargo, consiguen crear un nuevo modelo en las iglesias denominadas de sala, donde las naves dispuestas a la misma altura unifican el espacio y producen una sensación de diafanidad que no se había conseguido en los modelos franceses; esta visión del espacio se aplicará en el llamado gótico tardío de los siglos XV y comienzos del XVI. El ejemplo más temprano de esta tipología es la catedral de Minden. La influencia del gótico alemán se trasmitirá hacia el norte y centro de Europa hasta Rusia.

Arquitectura gótica en los Países Bajos

El desarrollo y la influencia del Císter en los Países Bajos hace que el estilo gótico sea menos esbelto y más robusto que el gótico francés. Ejemplos de ello son los de Santa Gúdula de Bruselas y San Salvador y Nuestra Señora de Brujas. La iglesia de Hal anuncia lo que será el gótico flamígero del siglo XV, que será muy fructífero en Flandes. Muy destacado es el gótico civil, centrado fundamentalmente en edificios municipales como los palacios de Brujas, Bruselas, Lovaina y Gante.

Arquitectura gótica en Italia

En Italia, los múltiples aspectos del gótico son aún más variados, debido a que este estilo penetró ligado a modelos cistercienses desde los primeros decenios del siglo XIII y se desarrolló en una multiplicidad de expresiones, caracterizadas por la tensión entre la verticalidad y la horizontalidad, además de la solidez de los muros. Todo ello lleva a una predilección por la planta basilical, la tendencia a ventanas de reducido tamaño y a fabricar arcos sólo ligeramente apuntados. La horizontalidad se remarcara por la utilización de bandas horizontales de colores alternados. Ejemplos claros son las iglesias de Santo Domingo en Bolonia (1221), Santa María Novella en Florencia (1278) o la iglesia de San Francisco de Asís (1228). La reacción contra las formas góticas, tan lejos de la tradición de la Antigüedad Clásica, es muy temprana, apareciendo ya en las catedrales de Orvieto y Siena.

Arquitectura gótica en Portugal

Es una arquitectura tardía. Uno de sus mejores ejemplos es el monasterio de Batalha de finales del siglo XIV, realizado en conmemoración de la batalla de Aljubarrota. Otra obra importante es el monasterio de los Jerónimos de Belem, realizado en el estilo denominado manuelino.

Escultura Gótica

El estilo gótico supone la liberación de las artes figurativas respecto a la arquitectura. La escultura, aunque sigue ligada a ella, muestra en el tratamiento del relieve una libertad respecto al marco arquitectónico que no hubiera sido posible en el románico. Tanto pintura como escultura rompen la llamada ley de adecuación al marco, con lo que los relieves pasan a ser trabajados más con un aspecto de escultura de bulto redondo adosada que de estatuas columnas como habían sido las románicas. La evolución es producto de la nueva forma de entender la realidad del hombre gótico: su preocupación por el Dios Hombre y su naturaleza mortal hace que cobren gran importancia escenas de su vida como La Crucifixión o la Pasión, mientras que el ascetismo románico es sustituido por sentimientos de ternura, de felicidad o de compasión. La figura de la Virgen juega un papel fundamental: en ella destaca el tratamiento de sentimientos humanos como dolor, ternura o protección. La Virgen se convierte en el eslabón que media entre los hombres y Dios. Los Santos adquieren también un gran protagonismo, representándose con frecuencia historias de sus vidas. La naturaleza sigue siendo ampliamente tratada, así como se mantiene el gusto por los monstruos y los animales fantásticos aunque es mucho menos frecuente que en la iconografía románica.

El volumen, el movimiento y la expresividad constituyen las características de una escultura que camina claramente hacia un marcado naturalismo. Se centra esta escultura principalmente en las portadas, que adquieren un gran desarrollo reproduciendo temas como el Juicio Final, la Coronación de la Virgen o la Vida de los Santos. Los capiteles apenas se utilizan como soporte decorativo, a no ser de motivos vegetales. Los retablos adquieren gran monumentalidad y desarrollo, así como los coros. Por otra parte, el nuevo sentido de la muerte hace que surja una importante escultura funeraria, gran parte de ella alojada en el interior de las catedrales.

Escultura gótica en Francia

El nacimiento de la escultura gótica se puede fechar alrededor de 1175, con los relieves dedicados a la Virgen en la catedral de Senlis; en ellos, las figuras aparecen ya libres del soporte arquitectónico. En la catedral de Laon y en la de Chartres las estatuas columnas se presentan casi como esculturas de bulto redondo adosadas, y contribuyen con su tratamiento al sentido ascensional de la arquitectura. La evolución de la escultura hará que florezcan múltiples talleres que se van a ir preocupando cada vez más de la técnica de la representación que del tema repreentado, adquiriendo una mayor importancia la escultura exenta tanto en imágenes de santos como en escultura funeraria.

En el siglo XIV la escultura adquiere un marcado interés por la expresividad y el movimiento. Uno de sus principales centros es Borgoña, donde trabaja el famoso escultor Claus Sluter, realizando obras tan destacadas como el conjunto funerario de Felipe el Atrevido y el conocido pozo de Moisés.

Escultura gótica en Italia

La mayor escuela de escultura gótica en Italia se desarrolla en Toscana, sobre todo en la ciudad de Pisa, donde se había mantenido con más fuerza la cultura clásica y donde se está en permanente contacto con la cultura de Oriente. Esta escultura, influida por los logros de la escultura francesa, evoluciona rápidamente hacia un clasicismo que desemboca en el Renacimiento.

Nicola Pisano sintetiza su conocimiento de la antigüedad clásica a través de los sarcófagos romanos con los logros de la escultura francesa. Sus obras más importantes son el púlpito del Baptisterio de Pisa y el púlpito de la catedral de Siena. Su hijo, Giovanni Pisano, sigue la línea del padre, introduciendo un mayor dramatismo con una clara referencia a la escultura francesa en los púlpitos de la catedral de Pisa y la fachada de la catedral de Siena. Con un tono anunciador del Renacimiento, Andrea Pisano realiza las puertas del baptisterio de Pisa en bronce, donde se recorta nítidamente el volumen de las figuras. También trabaja en los relieves del Campanile de Pisa que habían sido diseñados por Giotto.

Escultura gótica en Inglaterra

Recibe toda la influencia de Chartres pero no se realiza con la misma maestría. En las estatuas de la catedral de York (1210) o en las de Wells y Lincoln(1230), los ejemplos franceses se repiten con una nota grotesca. De ella va a derivar posteriormente el retrato humorístico. La escultura sepulcral tendrá una fuerte implantación y desarrollo, realizada en la mayor parte de los casos en alabastro y en cobre dorado. Se caracteriza por su realismo y por su visión idealizada del difunto; son, en general, tumbas de obispos y caballeros, la clase social ascendente en Inglaterra que, a partir de ahora, será sustituida por la clase parlamentaria.

Escultura gótica en Alemania

Apostolado de la catedral de Erfurt.

La influencia recibida en Alemania desde Francia va a ser determinante en su escultura que, sin embargo, va a ir evolucionando hacia un realismo austero cuyos primeros intentos se observan en la puerta dorada de Freiberg en Sajonia. En Bamberg será determinante la intervención de un maestro de Reims que, con su obra el Jinete y otra serie de esculturas, introduce plenamente el gótico francés. La culminación de la escultura gótica alemana se produce en la catedral de Naumburg, con las obras del Maestro de Naumburg,de gran libertad dramática y vigor expresivo.

Pintura Gótica

La invasión que hacen las ventanas en las paredes de los edificios góticos hace que la pintura mural pierda importancia, que pasa a ser ahora de la pintura en las vidrieras, en tabla o las miniaturas. Al mismo tiempo, se desarrolla el arte del retablo, donde se mezclarán pintura y escultura para desarrollar programas iconográficos coherentes.

La pintura gótica va a presentar una temática preferentemente religiosa, donde las figuras se representan como símbolos de la realidad natural y donde el mundo sobrenatural se simboliza mediante fondos dorados que la luz hace brillar. Las figuras son planas e ingrávidas sin referencias a la realidad, tratando de crear un espacio simbólico desvinculado del entorno.

La crisis del siglo XIV da lugar a la llamada pintura del gótico internacional que en muchos lugares llegará hasta mediados del siglo XV. En esta época, las cortes y los nobles van a desarrollar un gusto por el lujo y por las obras de arte, propiciando un desarrollo de la orfebrería y las artes suntuarias. En unión con ello se desarrollará en gran medida la miniatura; uno de los mejores ejemplos son las realizadas para Alfonso X el Sabio. El interés por la narración y por el naturalismo en la representación influirá en gran medida en esta miniatura, que irá caminando hacia un detallismo y una minuciosidad en las representaciones. Uno de los ejemplos más destacado es Las ricas horas de Jean de Berry, Libro de las Horas realizado por los hermanos Limbourgpara el duque de Berry.

Vidrieras góticas

La belleza y la intención del espacio gótico no puede entenderse sin la luz, elemento que lo condiciona todo. Con ella son las vidrieras las que serán encargadas de dar una luz difusa, coloreada e irreal que transforme ese espacio en simbólico. En ellas se van a representar temas del Antiguo y Nuevo Testamento.

Las únicas que ha llegado hasta nosotros son las que el abad Suger mandó construir para las capillas del coro de Saint Denis. Ejemplos magistrales son las vidrieras de la catedral de Chartres y las de la Sainte Chapelle, donde se representan grandes y estáticas figuras, y las de la catedral de León. La técnica utilizada en la conformación de la vidriera es el teñido de trozos de vidrio realzados en grisalla y unidos mediante tiras de plomo que delimitan las figuras y aíslan los tonos, conservándoles su valor. La composición lo invade todo: se realiza sin perspectiva y con una gran precisión en el dibujo y en la coloración, que es infinita y muy rica, dando como resultado una decoración traslúcida.
(Véase Vidriera).

Pintura gótica italiana. Giotto

En Italia se conservó hasta bien entrado el siglo XIII la decoración de mosaico que, sobre todo por la influencia bizantina, tanto se había utilizado en el arte románico. En estos mosaicos se mantuvieron la mayor parte de los logros del arte helenístico, como el modelado de las figuras mediante la luz y la sombra o el conocimiento del espacio mediante el escorzo; sin embargo, estos conocimientos expresados en la época románica permanecen rígidos y anclados en el tiempo. Será con el nuevo estilo gótico y gracias a una personalidad concreta, Giotto y la escuela florentina, cuando se liberen y puedan evolucionar hacia el Renacimiento.

El proceso de transformación de la pintura heredada de los bizantinos se inicia con artistas como Cavallaniy Cimabue, que desarrollan su actividad en Florencia y Roma. Pero la fuerza de la tradición era grande y sólo una figura de la talla de Giotto es capaz de elaborar la ruptura. Este artista es el verdadero introductor de la pintura moderna: con él se inicia el Renacimiento y una nueva valoración y consideración del Arte y los artistas. Giotto consigue la representación del espacio real mediante el tratamiento de las figuras con luces y sombras: el estudio de sus anatomías traducirá expresiones anímicas. Las escenas son tratadas como narraciones donde se crea la ilusión del tema que sucede delante de nosotros; el movimiento, la rotundidad casi monumental de las figuras, sus gestos dramáticos y el tratamiento de la luz presentan la escena como un auténtico montaje escenográfico.

Muerte de San Francisco de Asís. Giotto. Asís.

La fama de Giotto se difundirá rápidamente y todos los pintores lo imitarán, lo que da lugar a la llamada escuela florentina. Con él cambia el concepto del artista-artesano anónimo, sólo diferenciado por la pericia y conocimiento de las técnicas tradicionales. Pasa a un primer plano el ingenio inventivo, siendo la fuerza y la novedad de la creación su mayor valor. Estos conceptos darán forma al Renacimiento y serán la base de la historia de los grandes artistas.
Sus obras más destacadas son los frescos de la capilla de los Scrovegni en Padua y los frescos sobre la vida de San Francisco de la iglesia alta de Asís.

Sin embargo, esta forma de entender el arte, primer paso hacia el Renacimiento, queda reducida al núcleo florentino, ya que en Siena se desarrolla la denominada escuela sienesa, imbuida por la pintura del gótico internacional, con figuras estilizadas, onduladas y elegantes. Duccio di Buoninsegna es el mejor representante de esta escuela, donde se sintetizan la tradición bizantina y los nuevos modelos europeos. Sus obras más conocidas son la Pala Rucellai (1285) y la Maestá de la catedral de Siena (1311).

Maestá. Duccio, 1311. Siena.

En el siglo XIV Simone Martini difunde este estilo sienés por Europa, dando al gótico internacional un mayor gusto por el ritmo lineal y la fuerza del color. La influencia de Giotto llega a Siena de manos de los hermanos Lorenzetti, que decoran el palacio público de Siena con alegorías del buen y el mal gobierno.
(Véase Lorenzetti, Ambrogio, Lorenzetti, Pietro).

(4)[Arte] Gótico en España.

En España, el gótico se desarrolla desde finales del siglo XIII, sus primeras formas estéticas son importadas de Francia, para luego pasar a formular características propias. Es un arte que seguirá vigente hasta bien entrado el siglo XVI, desarrollando en su última época estilos propiamente nacionales como el Gótico Isabelino.

En un primer momento, el estilo gótico español participa de las características e influencias que llegan a la Península desde los grandes centros europeos. Las estrechas relaciones de Castilla con Francia en el siglo XIII, y de la Corona de Aragón con Italia en el siglo XIV, así como el intenso comercio desarrollado con Flandes en el siglo XV, marcan las diferentes etapas evolutivas del gótico español. La llegada de los cistercienses en 1131, llamados por Alfonso VII, y la rápida implantación de sus monasterios, influyó en gran medida en el último románico español. El empleo de la bóveda de crucería en las construcciones románicas no era extraño puesto que se había heredado de las construcciones cordobesas. La fusión de las últimas formas del románico con las formas cistercienses, dará lugar, en las postrimerías del siglo XII y principios del XIII, a una serie de edificios como las catedrales de Lérida, Tudela, Tarragona o Sigüenza, que se han interpretado como los primeros ensayos de arte gótico, aunque la concepción de su espacio y el tratamiento de la luz son todavía absolutamente románicos.
(Véase Arte Cisterciense).

El gótico llega a la Península importado desde los grandes centros franceses. Los reyes y obispos imponen las nuevas formas en sus catedrales, sin que se pueda establecer un nexo de unión con las realizaciones anteriores. La primera fase del gótico español deriva directamente de la catedrales de Chartres, Reims y Amiens, y como en Francia, es el momento de la construcción de las grandes catedrales. En el siglo XIV, este clasicismo evolucionado se va a fundir con las formas italianas que se introducen a través del reino de Aragón, junto con la influencia germánica del gótico internacional. En el siglo XV se introducen formas borgoñonas que más tarde son sustituidas por las flamencas y que unidas a las germánicas, darán como resultado el denominado estilo hispano-flamenco.

Planta de la catedral de Chartres. Francia.

Arquitectura gótica en España

Siglo XIII

Durante el siglo XIII se introducirán en Castilla las formas góticas francesas, debido a las estrechas relaciones que mantiene Fernando III el Santo con Francia, siguiendo inicialmente la ruta del comercio lanero.

En 1118, siguiendo el modelo de Amiens, se inicia la catedral de León, una de las más bellas catedrales góticas, donde se reúnen todos los logros de la arquitectura francesa. El autor de la catedral se propuso llevar a su máximo límite la ligereza constructiva permitida por la nueva arquitectura.

En 1221 se comienza la catedral de Burgospor iniciativa del obispo Mauricio, que conocía las realizaciones europeas.

El arquitecto que inicialmente dirige el proyecto es de la Ile de Francia, sin embargo la sucesión de nombres de maestros españoles en la dirección de las obras, demuestra como éstos habían asimilado el arte francés tanto en su esencia como en sus formas.

En 1226 se inician las obras de la catedral de Toledo, mayor por sus dimensiones que la de León y Burgos, y también más independiente de los patrones franceses.

En ella se encuentran algunos elementos de franco-mudejarismo, especialmente en el triforio que presenta arcos lobulados y arcos entrelazados. A partir de la catedral de Toledo, se puede decir que el gótico francés se había asimilado y se había acomodado al gusto y las maneras tradicionales del país.
(Véase Catedral de Toledo en Toledo).

La catedral de Cuenca supone un hecho singular en el gótico español, por las influencias anglonormandas y borgoñonas que recibe. Al margen de ésta, las enseñanzas aprendidas en el purismo de las grandes catedrales no fueron decisivas en la evolución del estilo en Castilla, que tomará soluciones adaptándolas más en un sentido popular, y superponiéndose con el mudejarismo.
(Véase Catedral de Cuenca en Cuenca).

Galería

Catedral de León.

Catedral de Burgos.

Catedral de Toledo.

Siglo XIV

El gótico del siglo XIV se centra, sobre todo, en las construcciones del Reino de Aragón, que se van a caracterizar por la adaptación de soluciones procedentes de Francia e Italia. En arquitectura se tiende a la planta de salón, prescindiendo de la diferencia de altura entre nave central y naves laterales, con lo que se reduce la función de los arbotantes que en muchos casos desaparecen, reforzando la función de los contrafuertes. Las cubiertas se hacen planas y se abren pequeños ventanales. Igualmente se prescinde del gran aparato decorativo que había invadido las construcciones castellanas del siglo anterior.

Respondiendo al carácter burgués de la sociedad aragonesa, se realizarán una gran cantidad de edificios civiles.

La catedral de Barcelona se inicia en 1298, consta de tres naves casi a la misma altura, y girola sin arbotantes. La catedral de Santa María del Mar, de Barcelona, presenta planta de salón, con tres naves de idéntica altura, separadas por pilares octogonales y con ausencia de arbotantes.
(Véase Catedral de Barcelona en Barcelona).

La catedral de Gerona, inicialmente con un proyecto idéntico a la de Barcelona, tiene fama por la simplificación de este proyecto, que hizo de ella un monumento único, ya que sus tres naves iniciales fueron unidas en una. En 1417 fue encargado Guillermo Bofill en realizar el nuevo proyecto.
(Véase Catedral de Gerona en Gerona).

La catedral de Palma de Mallorca se inicia en el primer tercio del siglo XIV, planteada como una iglesia de tres naves con cabecera rectangular, es un edificio falto de pureza estilística, con elementos de las más diversas escuelas. Destacan la utilización de pilares ochavados a imitación de Santa María del Mar; y la utilización de gruesos contrafuertes exteriores, que la dotan de un aspecto recio.
(Véase Catedral de Palma de Mallorca en Palma de Mallorca).

Entre los grandes núcleos de arquitectura gótica, castellana y catalana, se encuentra el foco navarro, muy vinculado al francés por razones históricas. Su máximo exponente es la catedral de Pamplona, construida entre 1397 y 1472, que presenta una girola cuya planta es un pentágono irregular.

Galería

Catedral de Barcelona.

Catedral de Gerona.

Catedral de Palma de Mallorca (Baleares).

Santa María del Mar. Barcelona.

Siglos XV y XVI

La renovación de la arquitectura gótica que se había realizado en siglo anteriores, dará como resultado el denominado estilo hispano-flamenco. La fusión del gótico con la tradición del arte hispano-musulmán y posteriormente la necesidad de los Reyes Católicos de crear un arte que pudiera representar la unidad de las coronas, es determinante. Este estilo se va a caracterizar por la complicación infinita de las nervaduras de las bóvedas, la utilización de todo tipo de arcos (el carpanel, el conopial, el escarzano, o el mixtilíneo), y la abundante decoración de finos labrados. Pero además con los Reyes Católicos el gótico se simplifica en estructura, y se consigue una clarificación en las construcciones que permitirá que el gótico, como expresión del poder real, se popularice y extienda a toda la Península, renovándose en este estilo infinidad de iglesias situadas en el mundo rural y que, inicialmente, habían sido construidas en estilo románico.

Estas últimas construcciones góticas coinciden en el tiempo con las primeras renacentistas, superponiéndose y utilizándose de manera aleatoria. Los dos estilos eran válidos y los dos eran novedosos, puesto que en la regeneración del gótico de la época de los Reyes Católicos se entiende que hay un abandono en las formas tradicionales, y se presenta como una expresión del pensamiento humanista, por ello, es imposible entender el Renacimiento español sin este gótico final.

En 1442, Juan de Colonia, encargado de las obras de la catedral de Burgos, comienza a construir la aguja sur y termina la norte, en las que hay una clara imitación de las formas flamígeras germánicas. Estas formas llegan a su máxima culminación con la construcción del cimborrio de la catedral, en 1539, por Felipe Bigarny, donde se aprecia un virtuosismo artesanal heredado de las formas hispano-musulmanas. En 1482, Simón de Colonia realiza la capilla del Condestable, cubierta con bóveda octogonal estrellada y calada.

Capilla del Condestable de la catedral de Burgos.

El monumento máximo de este momento es la catedral de Sevilla, cuya construcción se prolonga a lo largo del siglo XV, singular tanto por sus dimensiones como por su estructura. La planta es de cinco naves de nueve tramos, con capillas laterales entre los contrafuertes, recargadas de decoración. Las naves se cubren con bóvedas de nervadura sencilla, salvo en el crucero. Construida sobre el espacio de la antigua mezquita, mantuvo el alminar árabe como torre de campanas, y el patio como claustro.

Con las obras de Juan de Colonia en la catedral de Burgos y el traslado del arzobispo de Sevilla a Toledo, las formas flamígeras se extienden por Castilla, siendo Burgos y Toledo los focos de irradiación. En este momento se construyen la puerta de los Leones de la catedral de Toledo, realizada por Hanequin de Bruselas y las capillas sepulcrales de San Ildefonso y don Álvaro de Luna. En 1454, en las cercanías de Burgos, se realiza la cartuja de Miraflores, tras lo trabajos de Juan y Simón de Colonia en la catedral.

La catedral de Oviedo se puede considerar una de las obras más completas del flamígero. En Valladolid, vinculadas al taller de Burgos, se construyen las fachadas denominadas "de tapiz" de las iglesias de San Pablo y del colegio de San Gregorio.

La nueva arquitectura planteada en el período de los Reyes Católicos se ha denominado gótico isabelino. Se inicia en Toledo con las realizaciones de Juan Guas en San Juan de los Reyes; en este edificio la exuberante decoración del gótico flamígero se combina con una estructura de iglesia simplificada en sus elementos y concepción, de nave única y cabecera poligonal. La decoración se utiliza como fórmula de exaltación de las coronas.

Este mismo arquitecto trabajara en el Palacio de los Duques del Infantado en Guadalajara, y en el castillo de Manzanares el Real.

Antón y Enrique Egas trabajan en el hospital de la Santa Cruz de Toledo y en los de Granada y Santiago, y realizan los proyectos de la capilla Real y de la Catedral de Granada.

Igualmente, se construyen en este siglo XVI las últimas catedrales góticas; de 1512 es la de Salamanca, y de 1525 es la de Segovia, obras de Juan y Rodrigo Gil de Hontañón que combinan estructuras góticas con elementos renacentistas.

Véase:
Los Colonia.
Hanequín de Bruselas.
Juan Guas.
Enrique Egas.
Rodrigo Gil de Hontañón.

Galería

Bóveda estrellada del cimborrio. Catedral de Burgos.

Catedral de Oviedo. Asturias.

Fachada de la iglesia de San Gregorio. Valladolid.

Juan Guas. San Juan de los Reyes. Toledo.

Palacio del Infantado. Guadalajara.

Catedral de Granada.

Escultura gótica en España

La escultura en piedra se encuentra íntimamente ligada a la arquitectura y depende, durante el siglo XIII, de las influencias francesas de los escultores de las grandes catedrales. En España destaca la talla en madera, generalmente policromada, de gran tradición en el país y muy utilizada en los retablos.

El siglo XIII confluirán la rica tradición de la escultura románica y la importación de la nueva escultura francesa, ejecutada en un principio por maestros venidos de fuera.

Es indudable que en las catedrales de Burgos y León trabajaron escultores llegados de Francia, solo así se entiende la repentina aparición de un estilo que no podía derivarse de las formas anteriores. El autor de la puerta del Sarmental de la catedral de Burgos ha sido identificado como el mismo maestro que realizó el "Beau-Dieu" de la catedral de Amiens, así como otros maestros de la catedral de León.

Los talleres leoneses y burgaleses ejercen su influencia sobre los escultores españoles apegados a la tradición. Su inmensa actividad se centrará sobre todo en la escultura de sepulcros, que rápidamente evolucionan hacía formulas góticas, pero la riqueza de planteamientos de la escultura anterior influirá en el nuevo estilo conformándolo con caracteres propiamente hispanos que tendrán un rico desarrollo, sobre todo, en la imaginería.
(Véase Catedral de León en León).

La influencia italiana es muy temprana en la escultura, que conecta rápidamente con el naturalismo de la escuela de Pisa, y se refleja en la puerta del Perdón de la catedral de Toledo, o en la puerta Dorada de la catedral de Pamplona.

En Cataluña se establece una escuela propia de gran tradición iniciada por el Maestro Bertomeu, que labra la imagen del parteluz de la catedral de Tarragona. Los reyes de Aragón estimularán esta actividad escultórica, mandando realizar los importantes sepulcros reales de Santes Creus y Poblet. El siglo XV es una época de esplendor para esta escuela catalana que trabaja el alabastro, muchas veces policromado, y que tiene como representante a Pere Joan, autor del Medallón de Sant Jordi en la Generalitat.

(Véase Joan, Pere).
En Castilla, ligada al desarrollo de la arquitectura hispano-flamenca, se desarrolla una escultura influida por la presencia de maestros nórdicos como Hanequín de Bruselas, Egas Cueman y Rodrigo Alemán, autor de la puerta de los Leones de la catedral de Toledo, o Juan Guas, que proyecta y decora San Juan de los Reyes en Toledo. Pero sin duda el autor más importante de este período es Gil de Siloe, autor del retablo y sepulcro de Juan II, en la cartuja de Miraflores. De este momento cabe destacar el Doncel de Sigüenza, escultura funeraria que anuncia el final de la Edad Media.

La riqueza artística de este período es inmensa y se refleja, fundamentalmente, en el desarrollo de los retablos, que con características netamente hispanas, muestran la prodigiosa capacidad narrativa y creadora del momento.

Véase:
Egas Cueman.
Rodrigo Alemán.
Juan Guas.
Gil de Siloe.

Galería

Puerta del Sarmental. Catedral de Burgos.

San Jorge. Barcelona.

El Doncel. Catedral de Sigüenza.

Pintura gótica en España

La pintura se va a caracterizar por el mantenimiento de la tradición románica hasta finales del siglo XIII y la constancia de la pintura mural hasta mediados del siglo XIV. Una de las primeras obras góticas es la capilla de San Martín de Salamanca, realizada por Antón Sánchez de Segovia, en la que el gusto por los fondos planos y el dibujo es primordial, y se difunde por toda la Península.

En el siglo XIV, Cataluña, debido a su relaciones comerciales, recibe la influencia italiana de las escuelas florentina y sienesa en la obra de Ferrer de Bassa se introducen ya aspectos de la obra de Giotto. La influencia sienesa es ampliamente difundida en el Reino de Aragón por los hermanos Jaume y Pere Serra.

En Castilla, la influencia italiana es más tardía, y es Nicolás Francés, artista galo, quien introduce el gusto por el refinamiento.

A mediados del siglo XV, las relaciones comerciales con Flandes marcan el desarrollo de la pintura. Jan van Eyck realiza una estancia en Barcelona y Valencia, introduciendo las formas flamencas en la península. Lluís Dalmau es enviado a Flandes por Alfonso V el Magnánimo para formarse en la nueva pintura burguesa; su Virgen dels Concellers representa la asimilación de las obras flamencas. Sin embargo en Cataluña se mantendrán con gran fuerza la pintura gótica y la influencia italiana. En Castilla la influencia de pintores flamencos es determinante; Jorge Inglés o Fernando Gallego son sus mejores representantes.

Véase
Ferrer de Bassa.
Los Serra.
Nicolás, Francés.
Lluís Dalmau.
Fernando Gallego.

Galería

Ferrer Bassa. Murales del Monasterio de Pedralbes. Barcelona.

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Autor

  • Esther Alegre Carvajal.